martes, 30 de junio de 2009
domingo, 28 de junio de 2009
sábado, 27 de junio de 2009
¿Qué tipo de solución con dos estados? I. Wallerstein
¿Qué tipo de solución con dos estados?
Immanuel Wallerstein
Ahora que el presidente Obama ha puesto su peso tan abierta y públicamente tras el concepto de una solución” con dos estados para resolver la controversia/lucha entre Palestina e Israel, tal “solución” podría lograrse en los años venideros. La razón es simple. Expresada en lo abstracto, dicha solución tiene un abrumador respaldo en la opinión pública mundial. Las encuestas muestran que los israelíes judíos están en favor, como lo está la mayoría de los judíos en otras partes del mundo. El respaldo en el mundo árabe es fuerte y vasto. Aun Hamas indica que está dispuesto a aceptar el concepto de dos estados sobre la base de una “tregua” indefinida en la lucha. Algunas “treguas” en el mundo moderno han durado cuatro siglos. Y más recientemente, ha habido “treguas” al respecto de la península coreana y en Cachemira que llevan más de medio siglo. Algunas “treguas” parecen bastante permanentes.
Lo que parece quedar fuera de la discusión en los días que corren es qué significa la expresión “dos estados”. Existen definiciones muy diversas. Debemos recordar que las últimas negociaciones reales, aquellas entre Yasser Arafat y Ehud Barak en 2000, se fueron a pique en el último minuto en Taba, por definiciones divergentes.
¿Cuáles son los puntos de estas definiciones contrarias? Hay por lo menos seis puntos diferentes que el mero eslogan de “dos estados” esconde.
El primer punto es la definición de soberanía. Por supuesto, los palestinos piensan que soberano significa soberano –un Estado con los mismos poderes de cualquier otro Estado soberano. Aun los líderes políticos israelíes que han aceptado la terminología de los dos estados han pensado en una versión limitada de la soberanía. Por ejemplo, ¿qué tipo de aparato militar tendría un Estado palestino? ¿Controlaría por completo los permisos de sobrevuelo? ¿Tendría un control ilimitado de sus fronteras?
El segundo punto es por supuesto el de las fronteras de tal Estado. Tanto la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como Hamas sienten que aceptar las fronteras de 1967 es ya una enorme concesión de su parte. Ciertamente no esperan obtener nada menos que eso. Pero tales fronteras, por supuesto, no incluyen los asentamientos judíos en los territorios ocupados, ni Jerusalén oriental. Podrían ser aceptables diminutos ajustes de dichas fronteras. Pero diminutos quiere decir en verdad diminutos.
El tercer punto es la democracia interna de Israel. ¿Continuarán teniendo menos derechos los israelíes no judíos que los judíos? Ésta es una cuestión central y muy poco discutida.
El cuarto punto es si los dos estados se definirán como estados laicos o como estados religiosos. ¿Será el Estado palestino un Estado musulmán? ¿Continuará siendo Israel un Estado judío?
El quinto punto es el llamado derecho de retorno. Israel se fundó sobre el ilimitado derecho de retorno de cualquier judío que deseara venir a Israel. Los árabes que huyeron de Israel (o que fueron expulsados) exigen el derecho a retornar. Éste ha sido el punto más enredoso en el debate histórico completo. Es una cuestión tanto de demografía como de tierra. Los palestinos aceptarían un gesto meramente simbólico en esta cuestión, si todos los otros puntos se resolvieran de los modos que consideren apropiados.
Finalmente, por supuesto, está la cuestión de qué ocurriría con los asentamientos judíos ya existentes en los territorios ocupados. Es concebible que los palestinos afirmen que algunos de ellos podrían quedarse donde están. Pero parece muy poco probable que los colonos accedieran a permanecer en un Estado palestino, o que estarían dispuestos a aceptar ser evacuados a Israel.
Ahora, ¿qué va a hacer Obama? Él ha tomado una postura fuerte sobre dos cuestiones que el gobierno de ultraderecha israelí se rehusaba a aceptar: no más expansiones de ningún tipo en cuanto a los asentamientos existentes y un compromiso con la solución de dos estados. Esto es incuestionablemente positivo y valiente en el contexto de la política interna de Estados Unidos.
Sin embargo, corre el riesgo de poner en peligro cualquier solución real. Porque hay que considerar la siguiente posibilidad. Que Obama consiga torcerle fuertemente el brazo al primer ministro israelí Netanyahu, que éste conceda ambos puntos, y haga ajustes en su gabinete a la luz de este viraje en la posición. Netanyahu ya aceptó el principio de dos estados, pero a condición de que el Estado palestino sea un Estado desmilitarizado. ¿No revirará entonces pidiendo a Obama que ahora los palestinos deben hacer concesiones comparables? Pero en realidad no estaría hablando de que la Autoridad Palestina deba “controlar la violencia” –el mantra gubernamental israelí usual. Estaría pidiendo concesiones en todos los puntos que he mencionado –en ninguno de los cuales podría hoy el liderazgo palestino hacer alguna concesión significativa.
Los valientes gestos de Obama resultarían entonces un modo de distraer la atención de los puntos subyacentes reales.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein
Immanuel Wallerstein
Ahora que el presidente Obama ha puesto su peso tan abierta y públicamente tras el concepto de una solución” con dos estados para resolver la controversia/lucha entre Palestina e Israel, tal “solución” podría lograrse en los años venideros. La razón es simple. Expresada en lo abstracto, dicha solución tiene un abrumador respaldo en la opinión pública mundial. Las encuestas muestran que los israelíes judíos están en favor, como lo está la mayoría de los judíos en otras partes del mundo. El respaldo en el mundo árabe es fuerte y vasto. Aun Hamas indica que está dispuesto a aceptar el concepto de dos estados sobre la base de una “tregua” indefinida en la lucha. Algunas “treguas” en el mundo moderno han durado cuatro siglos. Y más recientemente, ha habido “treguas” al respecto de la península coreana y en Cachemira que llevan más de medio siglo. Algunas “treguas” parecen bastante permanentes.
Lo que parece quedar fuera de la discusión en los días que corren es qué significa la expresión “dos estados”. Existen definiciones muy diversas. Debemos recordar que las últimas negociaciones reales, aquellas entre Yasser Arafat y Ehud Barak en 2000, se fueron a pique en el último minuto en Taba, por definiciones divergentes.
¿Cuáles son los puntos de estas definiciones contrarias? Hay por lo menos seis puntos diferentes que el mero eslogan de “dos estados” esconde.
El primer punto es la definición de soberanía. Por supuesto, los palestinos piensan que soberano significa soberano –un Estado con los mismos poderes de cualquier otro Estado soberano. Aun los líderes políticos israelíes que han aceptado la terminología de los dos estados han pensado en una versión limitada de la soberanía. Por ejemplo, ¿qué tipo de aparato militar tendría un Estado palestino? ¿Controlaría por completo los permisos de sobrevuelo? ¿Tendría un control ilimitado de sus fronteras?
El segundo punto es por supuesto el de las fronteras de tal Estado. Tanto la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como Hamas sienten que aceptar las fronteras de 1967 es ya una enorme concesión de su parte. Ciertamente no esperan obtener nada menos que eso. Pero tales fronteras, por supuesto, no incluyen los asentamientos judíos en los territorios ocupados, ni Jerusalén oriental. Podrían ser aceptables diminutos ajustes de dichas fronteras. Pero diminutos quiere decir en verdad diminutos.
El tercer punto es la democracia interna de Israel. ¿Continuarán teniendo menos derechos los israelíes no judíos que los judíos? Ésta es una cuestión central y muy poco discutida.
El cuarto punto es si los dos estados se definirán como estados laicos o como estados religiosos. ¿Será el Estado palestino un Estado musulmán? ¿Continuará siendo Israel un Estado judío?
El quinto punto es el llamado derecho de retorno. Israel se fundó sobre el ilimitado derecho de retorno de cualquier judío que deseara venir a Israel. Los árabes que huyeron de Israel (o que fueron expulsados) exigen el derecho a retornar. Éste ha sido el punto más enredoso en el debate histórico completo. Es una cuestión tanto de demografía como de tierra. Los palestinos aceptarían un gesto meramente simbólico en esta cuestión, si todos los otros puntos se resolvieran de los modos que consideren apropiados.
Finalmente, por supuesto, está la cuestión de qué ocurriría con los asentamientos judíos ya existentes en los territorios ocupados. Es concebible que los palestinos afirmen que algunos de ellos podrían quedarse donde están. Pero parece muy poco probable que los colonos accedieran a permanecer en un Estado palestino, o que estarían dispuestos a aceptar ser evacuados a Israel.
Ahora, ¿qué va a hacer Obama? Él ha tomado una postura fuerte sobre dos cuestiones que el gobierno de ultraderecha israelí se rehusaba a aceptar: no más expansiones de ningún tipo en cuanto a los asentamientos existentes y un compromiso con la solución de dos estados. Esto es incuestionablemente positivo y valiente en el contexto de la política interna de Estados Unidos.
Sin embargo, corre el riesgo de poner en peligro cualquier solución real. Porque hay que considerar la siguiente posibilidad. Que Obama consiga torcerle fuertemente el brazo al primer ministro israelí Netanyahu, que éste conceda ambos puntos, y haga ajustes en su gabinete a la luz de este viraje en la posición. Netanyahu ya aceptó el principio de dos estados, pero a condición de que el Estado palestino sea un Estado desmilitarizado. ¿No revirará entonces pidiendo a Obama que ahora los palestinos deben hacer concesiones comparables? Pero en realidad no estaría hablando de que la Autoridad Palestina deba “controlar la violencia” –el mantra gubernamental israelí usual. Estaría pidiendo concesiones en todos los puntos que he mencionado –en ninguno de los cuales podría hoy el liderazgo palestino hacer alguna concesión significativa.
Los valientes gestos de Obama resultarían entonces un modo de distraer la atención de los puntos subyacentes reales.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein
jueves, 25 de junio de 2009
230 académicos israelíes por la memoria veraz
Gracias a Néstor Braunstein por el envío de esta nota.
http://www.haaretz.com/hasen/spages/1095662.html
http://www.haaretz.com/hasen/spages/1095662.html
jueves, 18 de junio de 2009
Corto "Quitar el encierro - dar chance a la vida"
Un cortometraje sobre la situación actual en Gaza hecho por la organización israelí Guishá. Video de youtube (en inglés y en hebreo):
New online film marking two years of Gaza closure:
It’s not a reality show - It’s reality
www.gisha.org/2years
Wednesday, June 17, 2009 – “Lift the closure - give life a chance” is the message of a new online film released today by eight human rights organizations in Israel to mark the two years of closure that Israel has imposed on the Gaza Strip.
In the 60-second online film released today, the organizations claim that two years of tight closure have not provided security but rather created a situation in which both sides lose, Palestinians and Israelis. The film is posted online and is being disseminated through social networking sites and blogs in Israel and around the world.
Since June 2007, Israel has tightened the closure of the Gaza Strip, almost completely preventing passage of goods and people to and from the Strip. “The policy of the closure has harsh consequences for 1.5 million people who are prevented from realizing basic rights,” say the organizations. “Israel must lift the closure of the Gaza Strip for the betterment of both sides”.
To view the film click here.
Participating organizations:
Gisha -Legal Center for Freedom of Movement * Adalah * The Association for Civil Rights in Israel * B'Tselem * HaMoked * Physicians for Human Rights - Israel * The Public Committee Against Torture in Israel * Yesh Din
Media and Public Advocacy
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News Releases
Testimonials
Gisha in the Media
Publications and Reports
New online film marking two years of Gaza closure:
It’s not a reality show - It’s reality
www.gisha.org/2years
Wednesday, June 17, 2009 – “Lift the closure - give life a chance” is the message of a new online film released today by eight human rights organizations in Israel to mark the two years of closure that Israel has imposed on the Gaza Strip.
In the 60-second online film released today, the organizations claim that two years of tight closure have not provided security but rather created a situation in which both sides lose, Palestinians and Israelis. The film is posted online and is being disseminated through social networking sites and blogs in Israel and around the world.
Since June 2007, Israel has tightened the closure of the Gaza Strip, almost completely preventing passage of goods and people to and from the Strip. “The policy of the closure has harsh consequences for 1.5 million people who are prevented from realizing basic rights,” say the organizations. “Israel must lift the closure of the Gaza Strip for the betterment of both sides”.
To view the film click here.
Participating organizations:
Gisha -Legal Center for Freedom of Movement * Adalah * The Association for Civil Rights in Israel * B'Tselem * HaMoked * Physicians for Human Rights - Israel * The Public Committee Against Torture in Israel * Yesh Din
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miércoles, 17 de junio de 2009
El escritor David Grossman: "el mensaje de Netanyahu es que no habrá paz"
Netanyahu's message is there will be no peace
By David Grossman
Tags: Barack Obama, Palestinians
Prime Minister Benjamin Netanyahu's speech was indeed, as it has been decribed, the speech of our lives. Our bogged-down, hopeless lives.
El artículo completo en http://www.haaretz.com:80/hasen/spages/1093572.html
By David Grossman
Tags: Barack Obama, Palestinians
Prime Minister Benjamin Netanyahu's speech was indeed, as it has been decribed, the speech of our lives. Our bogged-down, hopeless lives.
El artículo completo en http://www.haaretz.com:80/hasen/spages/1093572.html
lunes, 15 de junio de 2009
Editorial de La Jornada, 15 de junio de 2009 - "Medio Oriente: paz sin condiciones"
Ayer, en un discurso leído en la Universidad de Bar-Ilan, en las inmediaciones de Tel Aviv, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, respaldó por primera vez la creación de un Estado palestino, con la condición de que éste carezca de ejército, sea incapaz de hacerse de armamento y decline imponer limitaciones sobre su espacio aéreo a las milicias israelíes. Al mismo tiempo, aunque señaló que su gobierno no tiene la intención de crear nuevos asentamientos judíos en territorios palestinos, Netanyahu advirtió que no impedirá el crecimiento natural” de éstos –eufemismo con el que los gobernantes israelíes tratan de justificar la constante expansión de esos enclaves ilegales–, a efecto de “permitir que los residentes lleven una vida normal”.
Debe señalarse, por principio de cuentas, que esta alocución se produce a sólo 10 días de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, emitió en El Cairo, Egipto, un discurso orientado a la reconciliación entre su país y el mundo islámico, en el que el mandatario estadunidense enfatizó la “intolerable” situación que vive la población palestina a consecuencia del asedio israelí, así como “la ilegalidad” de los robos de tierras perpetrados por el régimen de Tel Aviv. De tal forma, las declaraciones hechas ayer por el primer ministro de Israel parecen obedecer, más que a una genuina voluntad de reconocer el derecho de los palestinos a formar un Estado y vivir en él, a una intención de congraciarse con Washington –ante las presiones lanzadas en semanas recientes por el presidente Obama– sin molestar demasiado a los halcones y las posiciones conservadoras de la clase política israelí –uno de cuyos miembros más prominentes es el propio Netanyahu– y a la coalición de derecha que domina la Knesset (parlamento).
Más allá de estas consideraciones, las condiciones que el gobierno israelí pretende imponer son improcedentes, en primer lugar porque incurren en el absurdo de exigir, para la construcción de un Estado palestino, la claudicación de principios y atributos básicos que lo definan como tal: el control sobre su territorio, la facultad de detentar el monopolio de la fuerza y la violencia legítimas, y la existencia de un ejército permanente y regular consagrado a funciones de defensa nacional. Es claro, además, que un Estado conformado según las condiciones enumeradas ayer por Netanyahu quedaría inerme ante la amenaza constante del país hebreo –potencia militar con un largo historial de agresiones colonialistas en la región–, y que nada podría evitar que se repitiesen escenarios como los que el mundo presenció a principios de este año, cuando el ejército israelí bombardeó la franja de Gaza y asesinó a miles de sus habitantes.
El premier israelí incurrió en una distorsión adicional al insinuar que la preservación de los asentamientos ilegales de israelíes en territorios palestinos es un elemento necesario para que los residentes lleven “una vida normal”: por el contrario, la restitución a sus legítimos dueños de las tierras palestinas robadas por la vía de la construcción de enclaves israelíes en Cisjordania y la porción oriental de Jerusalén constituye, de hecho, una condición necesaria para la paz. Al día de hoy tales asentamientos, en conjunto con los castigos colectivos que Tel Aviv aplica de manera continua a la población de Gaza, no sólo constituyen un despojo a todas luces injustificable, sino que hacen imposible la vida cotidiana de los palestinos en su propia tierra; son, además, un factor de permanente descontento y de tensión en la región entre las poblaciones de uno y otro bandos, y terminan por dotar de bases sociales y argumentos a las expresiones terroristas de algunos sectores fundamentalistas palestinos.
Una solución para resolver de raíz la crisis de Medio Oriente requiere, como un primer paso imprescindible, el fin de la ocupación que Tel Aviv mantiene en los territorios palestinos; el cese de la aplicación de las estrategias de limpieza étnica seguidas en Al Qods –nombre árabe de la Jerusalén oriental– y en Cisjordania, y el pleno acatamiento a las resoluciones 242 y 338 de la ONU, que estipulan el retiro israelí de Cisjordania y la franja de Gaza, y la devolución a sus legítimos dueños de la Jerusalén oriental en los límites que se tenían hasta antes de la Guerra de los Seis Días, en 1967.
En la circunstancia actual, en suma, la salida al añejo conflicto entre israelíes y palestinos no pasa por la imposición de condiciones por Tel Aviv, sino por el cumplimiento de la legalidad internacional y por el pleno reconocimiento de los derechos de los palestinos a constituir un Estado –con todo lo que ello implica– y vivir en él.
Debe señalarse, por principio de cuentas, que esta alocución se produce a sólo 10 días de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, emitió en El Cairo, Egipto, un discurso orientado a la reconciliación entre su país y el mundo islámico, en el que el mandatario estadunidense enfatizó la “intolerable” situación que vive la población palestina a consecuencia del asedio israelí, así como “la ilegalidad” de los robos de tierras perpetrados por el régimen de Tel Aviv. De tal forma, las declaraciones hechas ayer por el primer ministro de Israel parecen obedecer, más que a una genuina voluntad de reconocer el derecho de los palestinos a formar un Estado y vivir en él, a una intención de congraciarse con Washington –ante las presiones lanzadas en semanas recientes por el presidente Obama– sin molestar demasiado a los halcones y las posiciones conservadoras de la clase política israelí –uno de cuyos miembros más prominentes es el propio Netanyahu– y a la coalición de derecha que domina la Knesset (parlamento).
Más allá de estas consideraciones, las condiciones que el gobierno israelí pretende imponer son improcedentes, en primer lugar porque incurren en el absurdo de exigir, para la construcción de un Estado palestino, la claudicación de principios y atributos básicos que lo definan como tal: el control sobre su territorio, la facultad de detentar el monopolio de la fuerza y la violencia legítimas, y la existencia de un ejército permanente y regular consagrado a funciones de defensa nacional. Es claro, además, que un Estado conformado según las condiciones enumeradas ayer por Netanyahu quedaría inerme ante la amenaza constante del país hebreo –potencia militar con un largo historial de agresiones colonialistas en la región–, y que nada podría evitar que se repitiesen escenarios como los que el mundo presenció a principios de este año, cuando el ejército israelí bombardeó la franja de Gaza y asesinó a miles de sus habitantes.
El premier israelí incurrió en una distorsión adicional al insinuar que la preservación de los asentamientos ilegales de israelíes en territorios palestinos es un elemento necesario para que los residentes lleven “una vida normal”: por el contrario, la restitución a sus legítimos dueños de las tierras palestinas robadas por la vía de la construcción de enclaves israelíes en Cisjordania y la porción oriental de Jerusalén constituye, de hecho, una condición necesaria para la paz. Al día de hoy tales asentamientos, en conjunto con los castigos colectivos que Tel Aviv aplica de manera continua a la población de Gaza, no sólo constituyen un despojo a todas luces injustificable, sino que hacen imposible la vida cotidiana de los palestinos en su propia tierra; son, además, un factor de permanente descontento y de tensión en la región entre las poblaciones de uno y otro bandos, y terminan por dotar de bases sociales y argumentos a las expresiones terroristas de algunos sectores fundamentalistas palestinos.
Una solución para resolver de raíz la crisis de Medio Oriente requiere, como un primer paso imprescindible, el fin de la ocupación que Tel Aviv mantiene en los territorios palestinos; el cese de la aplicación de las estrategias de limpieza étnica seguidas en Al Qods –nombre árabe de la Jerusalén oriental– y en Cisjordania, y el pleno acatamiento a las resoluciones 242 y 338 de la ONU, que estipulan el retiro israelí de Cisjordania y la franja de Gaza, y la devolución a sus legítimos dueños de la Jerusalén oriental en los límites que se tenían hasta antes de la Guerra de los Seis Días, en 1967.
En la circunstancia actual, en suma, la salida al añejo conflicto entre israelíes y palestinos no pasa por la imposición de condiciones por Tel Aviv, sino por el cumplimiento de la legalidad internacional y por el pleno reconocimiento de los derechos de los palestinos a constituir un Estado –con todo lo que ello implica– y vivir en él.
sábado, 13 de junio de 2009
Llamado del movimiento "Paz ahora" para manifestarse el domingo 14 de junio en la Unviersidad Bar Ilan
Dimanche 14 juin, Netanyahou prononcera au centre "Begin-Sadate" del¹Université Bar-Ilan un discours de politique générale censé répondre auxexigences américaines (gel de la colonisatio, deux Etats pour deux peuples).L¹administration américaine, à qui le gouvernement Netanyahou a adressé lesgrandes lignes de ce discours, ont déjà fait connaître leur mécontentement. Par ailleurs, la droite israélienne a préparé le terrain en passant commanded¹un sondage. Alors que, régulièrement, tous les sondages montraientjusqu¹ici que les Israéliens étaient en majorité pour la fin de lacolonisation, celui-ci montre qu¹une majorité d¹Israéliens seraient contrela gel de la colonisation. Americans for Peace Now s¹est élevé contre laméthodologie pour le moins douteuse de ce sondage :http://peacenowconversation.org/?p=205 (en anglais). C¹est dans ce climat que Shalom Asrhav appelle à manifiester dimanche : "Bibi, sois courageux et suis les traces de Begin" Dimanche, 19h, entrée principale de l¹Université Bar-Ilan. Dimanche , le premier ministre dévoilera son programme politique au centre"Begin-Sadate" de l¹Université Bar-Ilan.Joignez-vous à nous pour exiger du premier ministre qu¹il prenne desdécisions courageuses.Exigeons du premier ministre : Suis les traces de Begin ! Begin était soucieux des intérêts d¹Israël et a fait la paix avecl¹Egypte. Aujourd¹hui, c¹est ton tour de garantir l¹existence d¹Israël en tantqu¹Etat juif : deux Etats pour deux peuples ! Nous avons déjà compris que le gouvernement Netanyahou est un gouvernementdu refus. Le moment est venu de manifester dans la rue. Transports : Depuis Jérusalem : RV Gan haPa¹amon 17h 45 Contact Tammytammy@peacenow.org.il <mailto:tammy@peacenow.org.il> - 054-8080498 Depuis Tel-Aviv : RV gare ferroviaire Arlozoroff 18h 45. ContactTammy. Depuis Haïfa : RV Centre Solel Boneh 17h. Contact Yossef 052-247768
lunes, 8 de junio de 2009
Uri Avnery's Column (enviado por Eduardo Mosches)
The Tone and the Music
06/06/09
WHILE OBAMA proclaims the 21st century, the government of Israel is returning to the 19th.
ONE MAN spoke to the world, and the world listened.
He walked onto the stage in Cairo, alone, without hosts and without aides, and delivered a sermon to an audience of billions. Egyptians and Americans, Israelis and Palestinians, Jews and Arabs, Sunnis and Shiites, Copts and Maronites – and they all listened attentively.
He unfolded before them the map of a new world, a different world, whose values and laws he spelled out in simple and clear language - a mixture of idealism and practical politics, vision and pragmatism.
Barack Hussein Obama – as he took pains to call himself – is the most powerful man on earth. Every word he utters is a political fact.
“A HISTORIC SPEECH”, pronounced commentators in a hundred languages. I prefer another adjective:
The speech was right.
Every word was in its place, every sentence precise, every tone in harmony. The masterpiece of a man bringing a new message to the world.
From the very first word, every listener in the hall and in the world felt the honesty of the man, that his heart and his tongue were in harmony, that this is not a politician of the old familiar sort – hypocritical, sanctimonious, calculating. His body language was speaking, and so were his facial expressions
That’s why the speech was so important. The new moral integrity and the sense of honesty increased the impact of the revolutionary content.
AND A REVOLUTIONARY speech it certainly was.
In 55 minutes, it not only wiped away the eight years of George W. Bush, but also much of the preceding decades, from World War II on.
The American ship has turned – not with the sluggishness everyone would have expected, but with the agility of a speedboat.
That is much more than a political change. It touches the roots of the American national consciousness. The President spoke to hundreds of million US citizens no less than to a billion Muslims.
The American culture is based on the myth of the Wild West, with its Good Guys and Bad Guys, violent justice, dueling under the midday sun. Since the American nation is composed of immigrants from all over the world, its unity seems to require a threatening, world-encompassing evil enemy, like the Nazis and the Japs, or the Commies. After the collapse of the Soviet empire, this role was taken over by Islam.
Cruel, fanatical, bloodthirsty Islam; Islam as the religion of murder and destruction; an Islam lusting for the blood of women and children. This enemy captured the imagination of the masses and supplied material for television and cinema. It provided lecture topics for learned professors and fresh inspiration for popular writers. The White House was occupied by a moron who declared a world-wide “War on Terrorism”.
When Obama is now uprooting this myth, he is revolutionizing American culture. He wipes away the picture of one enemy, without painting another in its place. He preaches against the violent, adversary attitude itself, and starts to work to replace it with a culture of partnership between nations, civilizations and religions.
I see Obama as the first great messenger of the 21st century. He is the son of a new era, where the economy is global and the whole of humanity faces the danger to the very existence of life on the planet Earth. An era where the Internet connects a boy in New Zealand with a girl in Namibia in real time, where a disease in a small Mexican village spreads all over the globe within days.
This world needs a world law, a world order, a world democracy. That’s why this speech really was historic: Obama outlined the basic contours of a world constitution.
WHILE OBAMA proclaims the 21st century, the government of Israel is returning to the 19th.
That was the century when a narrow, egocentric, aggressive nationalism took root in many countries. A century that sanctified the belligerent nation which oppresses minorities and subdues neighbors. The century that gave birth to modern anti-Semitism and to its response – modern Zionism.
Obama’s vision is not anti-national. He spoke with pride about the American nation. But his nationalism is of another sort: an inclusive, multi-cultural and non-sexist nationalism, which includes all the citizens of a country and respects other nations.
This is the nationalism of the 21st century, which is inexorably striving towards supranational, regional and world-wide structures.
Compared to this, how miserable is the mental world of the Israeli Right! How miserable is the violent, fanatical-religious world of the settlers, the chauvinist ghetto of Netanyahu, Lieberman and Barak, the racist-fascist closed-in world of their Kahanist allies!
One has to understand this moral and spiritual dimension of Obama’s speech before considering its political implications. Not only in the political sphere are Obama and Netanyahu on a collision course. The underlying collision is between two mental worlds which are as distinct from each other as the sun and the moon.
In Obama’s mental world, there is no place for the Israeli Right or its equivalents elsewhere. Not for their terminology, not for their “values”, and still less for their actions.
IN THE political sphere, too, a huge gap has opened up between the governments of Israel and the USA.
During the last few years, successive Israeli governments have ridden the wave of Islamophobia that has spread throughout the West. The Islamic world was considered the deadly enemy, America was galloping grimly towards the Clash of Civilizations, every Muslim was a potential terrorist.
Israel’s right-wing leaders could rejoice. After all, the Palestinians are Arabs, the Arabs are Muslims, the Muslims are Terrorists – so that Israel was assured a central place in the war of the Sons of Light against the Sons of Darkness.
That was a Garden of Eden for racist demagogues. Avigdor Lieberman could advocate the expulsion of the Arabs from Israel, Ellie Yishai could enact laws for the revocation of the citizenship of non-Jews. Obscure Members of the Knesset could grab headlines with bills that might have been conceived in Nuremberg.
This Garden of Eden is no more. Whether the implications will become clear quickly or slowly - the direction is obvious. If we continue on our path, we will become a leper colony.
THE TONE makes the music – and this applies also to the President’s words on Israel and Palestine. He spoke at length about the Holocaust – honest and courageous words, full of empathy and compassion, which were received by the Egyptians in silence but with respect. He stressed Israel’s right to exist. And without pausing, he spoke about the suffering of the Palestinian refugees, the intolerable situation of the Palestinians in Gaza, Palestinian aspirations for a state of their own.
He spoke respectfully about Hamas. Not anymore as a “terrorist organization”, but as a part of the Palestinian people. He demanded that they recognize Israel and stop violence, but also hinted that he would welcome a Palestinian unity government.
The political message was clear and unequivocal: the Two-State Solution will be put into practice. He himself will see to that. Settlement activity must cease. Unlike his predecessors, he did not stop at speaking about “Palestinians”, but uttered the decisive word: “Palestine” – the name of a state and a territory.
And no less important: the Iran war has been struck from the agenda. The dialogue with Tehran, as a part of the new world, is not limited in time. As from now, no one can even dream about an American OK for an Israeli attack.
HOW DID official Israel respond? The first reaction was denial. “An unimportant speech”. “There was nothing new”. The establishment commentators picked out a few pro-Israeli sentences from the text and ignored all the others. And after all, “these are just words. So he talked. Nothing will come out of it.”
That is nonsense. The words of the President of the United States are more than just words. They are political facts. They change the perceptions of hundreds of millions. The Muslim public listened. The American public listened. It may take some time for the message to sink in. But after this speech, the pro-Israel lobby will never be the same as it was before. The era of “foile shtik” (Yiddish for sneaky tricks) is over. The sly dishonesty of a Shimon Peres, the guileful deceits of an Ehud Olmert, the sweet talking of a Bibi Netanyahu – all these belong to the past.
The Israeli people must now decide: whether to follow the right-wing government towards an inevitable collision with Washington, as the Jews did 1940 years ago when they followed the Zealots into a suicidal war on Rome – or to join Obama’s march towards a new world.
06/06/09
WHILE OBAMA proclaims the 21st century, the government of Israel is returning to the 19th.
ONE MAN spoke to the world, and the world listened.
He walked onto the stage in Cairo, alone, without hosts and without aides, and delivered a sermon to an audience of billions. Egyptians and Americans, Israelis and Palestinians, Jews and Arabs, Sunnis and Shiites, Copts and Maronites – and they all listened attentively.
He unfolded before them the map of a new world, a different world, whose values and laws he spelled out in simple and clear language - a mixture of idealism and practical politics, vision and pragmatism.
Barack Hussein Obama – as he took pains to call himself – is the most powerful man on earth. Every word he utters is a political fact.
“A HISTORIC SPEECH”, pronounced commentators in a hundred languages. I prefer another adjective:
The speech was right.
Every word was in its place, every sentence precise, every tone in harmony. The masterpiece of a man bringing a new message to the world.
From the very first word, every listener in the hall and in the world felt the honesty of the man, that his heart and his tongue were in harmony, that this is not a politician of the old familiar sort – hypocritical, sanctimonious, calculating. His body language was speaking, and so were his facial expressions
That’s why the speech was so important. The new moral integrity and the sense of honesty increased the impact of the revolutionary content.
AND A REVOLUTIONARY speech it certainly was.
In 55 minutes, it not only wiped away the eight years of George W. Bush, but also much of the preceding decades, from World War II on.
The American ship has turned – not with the sluggishness everyone would have expected, but with the agility of a speedboat.
That is much more than a political change. It touches the roots of the American national consciousness. The President spoke to hundreds of million US citizens no less than to a billion Muslims.
The American culture is based on the myth of the Wild West, with its Good Guys and Bad Guys, violent justice, dueling under the midday sun. Since the American nation is composed of immigrants from all over the world, its unity seems to require a threatening, world-encompassing evil enemy, like the Nazis and the Japs, or the Commies. After the collapse of the Soviet empire, this role was taken over by Islam.
Cruel, fanatical, bloodthirsty Islam; Islam as the religion of murder and destruction; an Islam lusting for the blood of women and children. This enemy captured the imagination of the masses and supplied material for television and cinema. It provided lecture topics for learned professors and fresh inspiration for popular writers. The White House was occupied by a moron who declared a world-wide “War on Terrorism”.
When Obama is now uprooting this myth, he is revolutionizing American culture. He wipes away the picture of one enemy, without painting another in its place. He preaches against the violent, adversary attitude itself, and starts to work to replace it with a culture of partnership between nations, civilizations and religions.
I see Obama as the first great messenger of the 21st century. He is the son of a new era, where the economy is global and the whole of humanity faces the danger to the very existence of life on the planet Earth. An era where the Internet connects a boy in New Zealand with a girl in Namibia in real time, where a disease in a small Mexican village spreads all over the globe within days.
This world needs a world law, a world order, a world democracy. That’s why this speech really was historic: Obama outlined the basic contours of a world constitution.
WHILE OBAMA proclaims the 21st century, the government of Israel is returning to the 19th.
That was the century when a narrow, egocentric, aggressive nationalism took root in many countries. A century that sanctified the belligerent nation which oppresses minorities and subdues neighbors. The century that gave birth to modern anti-Semitism and to its response – modern Zionism.
Obama’s vision is not anti-national. He spoke with pride about the American nation. But his nationalism is of another sort: an inclusive, multi-cultural and non-sexist nationalism, which includes all the citizens of a country and respects other nations.
This is the nationalism of the 21st century, which is inexorably striving towards supranational, regional and world-wide structures.
Compared to this, how miserable is the mental world of the Israeli Right! How miserable is the violent, fanatical-religious world of the settlers, the chauvinist ghetto of Netanyahu, Lieberman and Barak, the racist-fascist closed-in world of their Kahanist allies!
One has to understand this moral and spiritual dimension of Obama’s speech before considering its political implications. Not only in the political sphere are Obama and Netanyahu on a collision course. The underlying collision is between two mental worlds which are as distinct from each other as the sun and the moon.
In Obama’s mental world, there is no place for the Israeli Right or its equivalents elsewhere. Not for their terminology, not for their “values”, and still less for their actions.
IN THE political sphere, too, a huge gap has opened up between the governments of Israel and the USA.
During the last few years, successive Israeli governments have ridden the wave of Islamophobia that has spread throughout the West. The Islamic world was considered the deadly enemy, America was galloping grimly towards the Clash of Civilizations, every Muslim was a potential terrorist.
Israel’s right-wing leaders could rejoice. After all, the Palestinians are Arabs, the Arabs are Muslims, the Muslims are Terrorists – so that Israel was assured a central place in the war of the Sons of Light against the Sons of Darkness.
That was a Garden of Eden for racist demagogues. Avigdor Lieberman could advocate the expulsion of the Arabs from Israel, Ellie Yishai could enact laws for the revocation of the citizenship of non-Jews. Obscure Members of the Knesset could grab headlines with bills that might have been conceived in Nuremberg.
This Garden of Eden is no more. Whether the implications will become clear quickly or slowly - the direction is obvious. If we continue on our path, we will become a leper colony.
THE TONE makes the music – and this applies also to the President’s words on Israel and Palestine. He spoke at length about the Holocaust – honest and courageous words, full of empathy and compassion, which were received by the Egyptians in silence but with respect. He stressed Israel’s right to exist. And without pausing, he spoke about the suffering of the Palestinian refugees, the intolerable situation of the Palestinians in Gaza, Palestinian aspirations for a state of their own.
He spoke respectfully about Hamas. Not anymore as a “terrorist organization”, but as a part of the Palestinian people. He demanded that they recognize Israel and stop violence, but also hinted that he would welcome a Palestinian unity government.
The political message was clear and unequivocal: the Two-State Solution will be put into practice. He himself will see to that. Settlement activity must cease. Unlike his predecessors, he did not stop at speaking about “Palestinians”, but uttered the decisive word: “Palestine” – the name of a state and a territory.
And no less important: the Iran war has been struck from the agenda. The dialogue with Tehran, as a part of the new world, is not limited in time. As from now, no one can even dream about an American OK for an Israeli attack.
HOW DID official Israel respond? The first reaction was denial. “An unimportant speech”. “There was nothing new”. The establishment commentators picked out a few pro-Israeli sentences from the text and ignored all the others. And after all, “these are just words. So he talked. Nothing will come out of it.”
That is nonsense. The words of the President of the United States are more than just words. They are political facts. They change the perceptions of hundreds of millions. The Muslim public listened. The American public listened. It may take some time for the message to sink in. But after this speech, the pro-Israel lobby will never be the same as it was before. The era of “foile shtik” (Yiddish for sneaky tricks) is over. The sly dishonesty of a Shimon Peres, the guileful deceits of an Ehud Olmert, the sweet talking of a Bibi Netanyahu – all these belong to the past.
The Israeli people must now decide: whether to follow the right-wing government towards an inevitable collision with Washington, as the Jews did 1940 years ago when they followed the Zealots into a suicidal war on Rome – or to join Obama’s march towards a new world.
jueves, 4 de junio de 2009
4 de junio - Día Internacional de los Niños Inocentes Víctimas de Agresión
(Gracias a Viviana Nardoni por esta información)
Resolución: A/RES/ES-7/8
El 19 de agosto de 1982, en su período extraordinario de sesiones de emergencia sobre la cuestión de Palestina, la Asamblea General, "consternada ante el gran número de niños palestinos y libaneses que han sido víctimas inocentes de los actos de agresión de Israel", decidió conmemorar, el 4 de junio de cada año, el Día internacional de los niños víctimas inocentes de la agresión (resolución ES-7/8).
cf. http://www.cinu.org.mx/eventos/observancias.htm#infancia
también en http://www.onu.org/Agenda/dias/ninos.htm#Agres
Resolución: A/RES/ES-7/8
El 19 de agosto de 1982, en su período extraordinario de sesiones de emergencia sobre la cuestión de Palestina, la Asamblea General, "consternada ante el gran número de niños palestinos y libaneses que han sido víctimas inocentes de los actos de agresión de Israel", decidió conmemorar, el 4 de junio de cada año, el Día internacional de los niños víctimas inocentes de la agresión (resolución ES-7/8).
cf. http://www.cinu.org.mx/eventos/observancias.htm#infancia
también en http://www.onu.org/Agenda/dias/ninos.htm#Agres
Avnery hoy y marcha en Tel Aviv este sábado 6 de junio "End the Occupation - Start Living"
Gracias nuevamente a Eduardo Mosches.
de Uri Avnery:
"The President of the US understands the interests of Israel much better than Israel's own government. Obama offers a real hope to Israelis and Palestinians while Netanyhau's 'Government of Yesterday' has nothing to offer"
"As an Israeli patriot I must say, without the shadow of a doubt, that at this moment the President of United States understands the interests of Israel much better than Israel's own Prime Minister and his ministers" says Uri Avnery of Gush Shalom, the Israeli Peace Bloc. "In his memorable Cairo speech, as in his entire career so far, President Obama has opened up a horizon of real hope to the citizens of Israel as to the Palestinians and to all Arabs and Muslims â€" as he brought hope to the citizens to the US, who elected him. Conversely, Netayahu's is 'Yesterday's Government' offers no solution of any kind, and whose policy consists of clinging blindly to continued occupation and settlement expansion.
Each year in the beginning of June, Israeli peace seekers demonstrate, in order to remind their fellow- citizens that our country is maintaining a cruel occupation rule over millions of Palestinian inhabitants, already for more than two-thirds of Israel's total history. This year we are also demonstrating in the concrete hope that the end of the occupation is near, the beginning of peace between the state of Israel and the state of Palestine to arise, between Israel and the entire Arab world.
On the short term, the demand for ending settlement expansion, made so forcefully by President Obama, is a correct and justified demand. Not only because the President of the United States is demanding and pressuring, but mainly because that is the true and vital Israeli interest. Construction should be halted in all settlements without exception â€" not a house and not hut, not in isolated settlements and not in settlements blocks, neither natural growth nor artificial growth.
What has no right to exist naturally has no right for natural growth, either. The settlements should never have been built in the first place, and should not continue to exist. Young settlers should be told that they cannot build homes in an occupied territory which would not remain under Israeli rule, and that they must find their future within the recognized borders of Israel â€" the Green Line borders. Soon, their parents would join them. "
Contact: Uri Avnery 0505-306440, Adam Keller 0506-709603
Israeli peace Groups to hold protest march in Tel Aviv, Saturday night, June 6 Will call "End the Occupation - Start Living"
On the night of Saturday, June 6, Gush Shalom members will join with those of other peace groups to hold a protest march marking 42 years to the occupation of the West Bank, Gaza Strip, East Jerusalem and the Golan Heights. The rendezvous point would be at Tel-Aviv's Rabin Square at 6.00 pm, from where demonstrators will march along the Ibn Gvirol Street until the Tel Aviv Museum Plaza.
In their joint call for the Saturday march, the peace groups say that ongoing occupation caused a violent narrative of anti-Arab racism and fascism to become prevalent in Israeli society, as manifested in the "Nakba Bill" (aimed at forbidding Arab Israeli citizens commemorating their 1948 disaster), or the "Loyalty Law" (aimed at disenfranchising them altogether). The end of the occupation is needed in order to protest basic democratic rights, also within Israel's own borders.
Also, occupation and frequent wars have brought about a government budget of which half is devoted to pay for past and present military expenditures and settlement maintenance. The 2009-10 budget, too, is marked by sharp slashing of the education and welfare budgets, while military and settlement expenditures are increased. This reinforces the message of the demonstration's main slogan: "End the occupation - Start living".
Contact: Adam Keller (Gush Shalom) 0506-709603
Yoav Goldring (Hadash) 054-6634443
Eilat Maoz (Coalition of Women for Peace) 0508-575729
de Uri Avnery:
"The President of the US understands the interests of Israel much better than Israel's own government. Obama offers a real hope to Israelis and Palestinians while Netanyhau's 'Government of Yesterday' has nothing to offer"
"As an Israeli patriot I must say, without the shadow of a doubt, that at this moment the President of United States understands the interests of Israel much better than Israel's own Prime Minister and his ministers" says Uri Avnery of Gush Shalom, the Israeli Peace Bloc. "In his memorable Cairo speech, as in his entire career so far, President Obama has opened up a horizon of real hope to the citizens of Israel as to the Palestinians and to all Arabs and Muslims â€" as he brought hope to the citizens to the US, who elected him. Conversely, Netayahu's is 'Yesterday's Government' offers no solution of any kind, and whose policy consists of clinging blindly to continued occupation and settlement expansion.
Each year in the beginning of June, Israeli peace seekers demonstrate, in order to remind their fellow- citizens that our country is maintaining a cruel occupation rule over millions of Palestinian inhabitants, already for more than two-thirds of Israel's total history. This year we are also demonstrating in the concrete hope that the end of the occupation is near, the beginning of peace between the state of Israel and the state of Palestine to arise, between Israel and the entire Arab world.
On the short term, the demand for ending settlement expansion, made so forcefully by President Obama, is a correct and justified demand. Not only because the President of the United States is demanding and pressuring, but mainly because that is the true and vital Israeli interest. Construction should be halted in all settlements without exception â€" not a house and not hut, not in isolated settlements and not in settlements blocks, neither natural growth nor artificial growth.
What has no right to exist naturally has no right for natural growth, either. The settlements should never have been built in the first place, and should not continue to exist. Young settlers should be told that they cannot build homes in an occupied territory which would not remain under Israeli rule, and that they must find their future within the recognized borders of Israel â€" the Green Line borders. Soon, their parents would join them. "
Contact: Uri Avnery 0505-306440, Adam Keller 0506-709603
Israeli peace Groups to hold protest march in Tel Aviv, Saturday night, June 6 Will call "End the Occupation - Start Living"
On the night of Saturday, June 6, Gush Shalom members will join with those of other peace groups to hold a protest march marking 42 years to the occupation of the West Bank, Gaza Strip, East Jerusalem and the Golan Heights. The rendezvous point would be at Tel-Aviv's Rabin Square at 6.00 pm, from where demonstrators will march along the Ibn Gvirol Street until the Tel Aviv Museum Plaza.
In their joint call for the Saturday march, the peace groups say that ongoing occupation caused a violent narrative of anti-Arab racism and fascism to become prevalent in Israeli society, as manifested in the "Nakba Bill" (aimed at forbidding Arab Israeli citizens commemorating their 1948 disaster), or the "Loyalty Law" (aimed at disenfranchising them altogether). The end of the occupation is needed in order to protest basic democratic rights, also within Israel's own borders.
Also, occupation and frequent wars have brought about a government budget of which half is devoted to pay for past and present military expenditures and settlement maintenance. The 2009-10 budget, too, is marked by sharp slashing of the education and welfare budgets, while military and settlement expenditures are increased. This reinforces the message of the demonstration's main slogan: "End the occupation - Start living".
Contact: Adam Keller (Gush Shalom) 0506-709603
Yoav Goldring (Hadash) 054-6634443
Eilat Maoz (Coalition of Women for Peace) 0508-575729
El "problema" de los refugiados
Una conferencia de Ariela Azoulay del 2008 donde habla del exilio palestino y cómo se hizo de los refugiados un "problema". ¿Hay una retorno para ellos?
Libro - Ilan Pappe - Historia de la Palestina Moderna. Un territorio, dos pueblos.
Información enviada por Eduardo Mosches.
Historia de la Palestina Moderna. Un territorio, dos pueblos llan Pappe (Akal, Madrid, febrero de 2008)
Andrés Criscaut
Le Monde Diplomatique/El Dipló, Buenos Aires, junio 2009
El conflicto palestino israelí ha generado una gran cantidad de información e interpretaciones que dificultan cualquier tipo de abordaje integral y equilibrado. El material disponible en el mundo hispano hablante - más aun en la Argentina- se reduce a una cantidad tan ínfimas como sesgadas. Por esa razón, la aparición de Historia de la Palestina Moderna del historiador israelí “post sionista” Illan Pappe, ex profesor de la Universidad de Haifa y actual docente de la de Exeter, constituye un gran aporte tanto por la síntesis como por la originalidad analítica y abarcativa que plantea. Si su último libro, La limpieza étnica en Palestina (Crítica, 2007), despertó una gran polémica por despejar ciertas disonancias de una realidad medioriental escurridiza y manipulada, esta obra de 2004 es una pieza de divulgación mucho más coherente y matizada, alejada de cualquier tipo de opacidad académica o erudita.
Su importancia radica en lograr un relato transparente que rompe con dos narraciones nacionales contradictorias, superpuestas y, por lo general, tendenciosas. La usual simplificación y polarización del conflicto en términos de victimas y victimarios, ángeles y demonios, “a favor” o “en contra”, es magistralmente desmonta gracias a una lectura mucho más humana y mundana de la vida cotidiana de la “gente” palestina: árabes, judíos, europeos, musulmanes o cristianos por igual. Sin dejar de ser imparcial ni de adjudicar niveles de responsabilidad, este libro logra no ser una “historia de las elites” o de “unos pocos ricos”, y sí un contrapunto “desde abajo”, incluso una interpretación en clave de conflictos de clases, que explica mucho mejor las tensiones dentro -y entre- dos poblaciones que habitan un mismo territorio.
Esto fue posible gracias a la inclusión de una incipiente y cada vez más profesionalizada historiografía palestina, de lo que hasta ahora fue “una historia borrada y olvidada”, y a su vez desvirtuada como un anexo o una reacción al nacionalismo sionista-israelí.
Este libro fundamental deja flotando la sensación de lo absurdo y ficticio de un conflicto funcional a una modernidad que, indudablemente, no trajo ni la mejoría, ni el progreso, ni el bienestar de la gran mayoría de las personas que forman estas dos sociedades “palestinas”.
Historia de la Palestina Moderna. Un territorio, dos pueblos llan Pappe (Akal, Madrid, febrero de 2008)
Andrés Criscaut
Le Monde Diplomatique/El Dipló, Buenos Aires, junio 2009
El conflicto palestino israelí ha generado una gran cantidad de información e interpretaciones que dificultan cualquier tipo de abordaje integral y equilibrado. El material disponible en el mundo hispano hablante - más aun en la Argentina- se reduce a una cantidad tan ínfimas como sesgadas. Por esa razón, la aparición de Historia de la Palestina Moderna del historiador israelí “post sionista” Illan Pappe, ex profesor de la Universidad de Haifa y actual docente de la de Exeter, constituye un gran aporte tanto por la síntesis como por la originalidad analítica y abarcativa que plantea. Si su último libro, La limpieza étnica en Palestina (Crítica, 2007), despertó una gran polémica por despejar ciertas disonancias de una realidad medioriental escurridiza y manipulada, esta obra de 2004 es una pieza de divulgación mucho más coherente y matizada, alejada de cualquier tipo de opacidad académica o erudita.
Su importancia radica en lograr un relato transparente que rompe con dos narraciones nacionales contradictorias, superpuestas y, por lo general, tendenciosas. La usual simplificación y polarización del conflicto en términos de victimas y victimarios, ángeles y demonios, “a favor” o “en contra”, es magistralmente desmonta gracias a una lectura mucho más humana y mundana de la vida cotidiana de la “gente” palestina: árabes, judíos, europeos, musulmanes o cristianos por igual. Sin dejar de ser imparcial ni de adjudicar niveles de responsabilidad, este libro logra no ser una “historia de las elites” o de “unos pocos ricos”, y sí un contrapunto “desde abajo”, incluso una interpretación en clave de conflictos de clases, que explica mucho mejor las tensiones dentro -y entre- dos poblaciones que habitan un mismo territorio.
Esto fue posible gracias a la inclusión de una incipiente y cada vez más profesionalizada historiografía palestina, de lo que hasta ahora fue “una historia borrada y olvidada”, y a su vez desvirtuada como un anexo o una reacción al nacionalismo sionista-israelí.
Este libro fundamental deja flotando la sensación de lo absurdo y ficticio de un conflicto funcional a una modernidad que, indudablemente, no trajo ni la mejoría, ni el progreso, ni el bienestar de la gran mayoría de las personas que forman estas dos sociedades “palestinas”.
Martin Buber - Una tierra para dos pueblos
Ediciones Sígueme (Salamanca) y la UNAM publicaron el libro de Martin Buber Una tierra para dos pueblos. Escritos políticos sobre la cuestión judeo-árabe. Este libro contiene conferencias y artículos del filósofo del diálogo seleccionados y prologados por Paul Mendes-Flohr. Puede verse un adelanto en:
http://www.jornada.unam.mx/2009/04/26/sem-martin.html
La publicación de este libro en español atesora elementos para pensar de otro modo el diálogo tan postergado y fallido, en ese sentido la palabra que atraviesa sus páginas es promesa (palabra del otro, escrita con los oídos). Se trata de una invitación a escuchar otras voces en las que se entretejen desde siempre la ética y la política.
http://www.jornada.unam.mx/2009/04/26/sem-martin.html
La publicación de este libro en español atesora elementos para pensar de otro modo el diálogo tan postergado y fallido, en ese sentido la palabra que atraviesa sus páginas es promesa (palabra del otro, escrita con los oídos). Se trata de una invitación a escuchar otras voces en las que se entretejen desde siempre la ética y la política.
martes, 2 de junio de 2009
Ciclo de cine-debate "¿Paz o pax en Medio Oriente?"
En el marco de la iniciativa ciudadana "Adopta a un niño muerto", ofreceremos el ciclo de cine-debate "¿Paz o pax en Medio Oriente?" con el motivo de acercarnos a este tema difícil a través de excelentes películas y así construir un corpus riguroso en torno al conflicto en Medio Oriente que ayude a abrir el diálogo.
Se trata de una selección de films sobre el tema, que serán comentados por diversos intelectuales, artistas y académicos mexicanos en un diálogo con el público. Será los martes de agosto y septiembre, a las 19 hrs. en el Centro Cultural Universitario.
Pronto publicaremos el programa detallado en este blog.
Quedan todos invitados.
Se trata de una selección de films sobre el tema, que serán comentados por diversos intelectuales, artistas y académicos mexicanos en un diálogo con el público. Será los martes de agosto y septiembre, a las 19 hrs. en el Centro Cultural Universitario.
Pronto publicaremos el programa detallado en este blog.
Quedan todos invitados.
Poema de Eduardo Mosches - "Duelo"
Duelo
Eduardo Mosches
Las nubes se dispersan con el empuje
de un viento creado por aviones,
que rasga el momento previo al desayuno.
La mesa se tambalea junto al niño
cae el vaso y su líquido
en una estela lenta quebradiza.
Sus ojos se impregnan de pavor
ante el sonido duro seco estridente
la garganta se cierra como puerta
de metal sobre unos dedos.
La explosión hizo trizas el espejo
de sus propias facciones.
El polvillo de la casa
será acariciado con suavidad
por el sol que ha salido
como todas las mañanas.
a la memoria de Omar Hussein Dardouna, niño asesinado en Gaza
Eduardo Mosches
Las nubes se dispersan con el empuje
de un viento creado por aviones,
que rasga el momento previo al desayuno.
La mesa se tambalea junto al niño
cae el vaso y su líquido
en una estela lenta quebradiza.
Sus ojos se impregnan de pavor
ante el sonido duro seco estridente
la garganta se cierra como puerta
de metal sobre unos dedos.
La explosión hizo trizas el espejo
de sus propias facciones.
El polvillo de la casa
será acariciado con suavidad
por el sol que ha salido
como todas las mañanas.
a la memoria de Omar Hussein Dardouna, niño asesinado en Gaza
lunes, 1 de junio de 2009
Uri Avnery - "Racistas a favor de la democracia"
URI AVNERY
“Racists for Democracy”HOW LUCKY we are to have the extreme Right standing guard over our democracy. Full English text in the end
Avnery columns' archive
http://zope.gush-shalom.org/home/en/channels/avnery
“Racists for Democracy”HOW LUCKY we are to have the extreme Right standing guard over our democracy. Full English text in the end
Avnery columns' archive
http://zope.gush-shalom.org/home/en/channels/avnery
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