lunes, 30 de mayo de 2011

Iniciativa artística: sello palestino en el pasaporte virtual


Gracias a Rolando Gómez por la traducción de la nota de Haaretz y por la propuesta.

"Artista palestino le da un nuevo significado al sello de control de pasaportes"

No se parece a ningún otro control de pasaportes en la tierra. No hay un severo oficial sentado detrás de una pared de vidrio; no hay escaneo de documentos de viaje; no hay preguntas rudas respecto a dónde Usted se dirige.

En cambio, un artista solitario saluda a los visitantes y educadamente les pregunta si quisieran recibir un sello de entrada.

Viviendo en territorio ocupado, los palestinos no tienen el derecho de ejercer su propio control de fronteras. Cualquiera que pasa a través de los puntos de control israelíes, es rápidamente absorbido en las bulliciosas calles de ciudades de la margen occidental del Jordán, como lo es Ramala.

Pero el estudiante de arte Jalid Yarar ha decidido llenar ese vacío institucional con un delicado “sello de entrada” de su propio diseño, el cual ofrece a los extranjeros a medida que se bajan de los autobuses.

-“Yo creo en el arte que marca una diferencia, que habla de cambios. Mi arte es el de hacer un pronunciamiento político”- dice Yarar, cambiando con desdén las galerías de arte tradicionales por la caótica estación terminal de autobuses de Ramala.

Mientras que muchos de los turistas procedentes de la cercana Jerusalén aparentan entusiasmarse con el proyecto, sólo unos pocos están dispuestos a entregarle sus preciosos pasaportes por amor al arte.

Jeff Reynolds, un visitante de Canadá, escucha atentamente mientras Yarar le explica la idea detrás del sello extraoficial, y luego declina educadamente, temeroso de que las autoridades israelíes le hagan problemas cuando trate de volar de vuelta a casa.

-“Simplemente me preocupa perder mi vuelo desde el aeropuerto de Tel Aviv si me interrogan por mucho tiempo acerca de esto”- dice, refiriéndose a los guardias de seguridad [israelíes] que interrogan intensamente a los turistas antes de sus partidas, preguntando a dónde fueron y con quién estuvieron.

Enviando un mensaje

Los palestinos quieren crear un Estado independiente en Cisjordania y la franja de Gaza -con Jerusalén Oriental como su capital- en tierras que los israelíes tomaron durante la guerra de 1967.

Cerca de 20 años de negociaciones intermitentes con Israel fallaron en asegurar un acuerdo, y los palestinos dicen que ahora van a buscar aprobación de la ONU para un Estado soberano en septiembre de este año.

Los diplomáticos dicen que este movimiento en la ONU tiene muy pocas posibilidades de éxito, lo cual quiere decir que por bastante tiempo más, Yarar, de 35 años, podría ser el único controlador de pasaportes palestino en Cisjordania.

Su pequeño, redondo sello está circunscripto con las palabras “Estado de Palestina”, escritas en árabe e inglés. En el centro hay un dibujo de una nectarina (o pájaro sol) volando cerca de delicadas flores.

-“Respecto a la cuestión del Estado, creo que he enviado el mensaje. Creo que he hecho lo que puedo”- dice Yarar, quien ha creado una página en Facebook para promocionar su sello –Viva y trabaje en Palestina.

Luego de algunas negativas delicadas, Yarar finalmente encuentra algunos extranjeros ansiosos de pasarle sus pasaportes.

-“Yo apoyo totalmente la causa palestina, y creo que esto es ocupación. Por lo tanto considero escandaloso que ellos no tengan el derecho a tener sus propias autoridades”- dice Morgana Benedetti, quien visita Cisjordania desde Italia.

Ella le pide a Yarar que ponga el sello en la página 9 de su pasaporte –su número favorito- diciendo que es importante para ella tener tanto un sello israelí como uno palestino.

-“Es tonto, pero esto es como un país. Recibo un sello de Israel -¿pero no recibo un sello de Palestina?".



Fuente: http://www.haaretz.com/news/features/palestinian-artist-gives-a-new-meaning-to-passport-control-stamps-1.364977
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Se me ocurre invitarlos a todos ustedes que tienen portal de Facebook, Messenger, Skype u otros por el estilo, a "sellar" virtualmente sus pasaportes con el sello de Jalid Yarar (bajar archivo jpg adjunto), en señal de solidaridad con la (justa y necesaria) creación del Estado Palestino. Reenvía esta invitación a tus contactos.
Saludos,
el negro

miércoles, 25 de mayo de 2011

ENTREVISTA A LEA TSEMEL, ABOGADA DE PALESTINOS EN ISRAEL

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/4-53801-2011-05-25.html

martes, 17 de mayo de 2011

Carta de la madre de Vittorio Arrigoni

http://www.nodo50.org/csca/agenda11/palestina/arti73.html

Cine palestino

http://www.nodo50.org/csca/agenda11/palestina/arti84.html

En memoria de Juliano Mer Khamis
http://muestradecinepalestino.com/ciclo-documenta-madrid-2011/secciones-documentamadrid2011/

fotos del día de la nakba

http://english.aljazeera.net/news/middleeast/2011/05/2011515133642937215.html

domingo, 15 de mayo de 2011

Sobre la ONG Rompiendo el silencio (shovrim shtikah)

Gracias a Viviana Nardoni por el envío

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Exsoldados/israelies/narran/humillaciones/sometidos/palestinos/elpepuint/20110513elpepuint_15/Tes

El saldo de las conmemoraciones del día de la Nakba

http://www.alternativenews.org/castellano/index.php/topics/news/2874-varios-muertos-y-cientos-de-heridos-por-parte-de-israel-en-conmemoraciones-de-la-nakba-en-jerusalen-cisjordania-y-el-libano-

sábado, 14 de mayo de 2011

AIC: Radio Muqawama (resistir) sobre el día de la Nakba

http://www.alternativenews.org/castellano/

Fotos de la marcha en:
http://www.alternativenews.org/english/index.php/topics/israeli-society/3587-thousands-mark-palestinian-nakba-in-galilee-

martes, 10 de mayo de 2011

Palabras de Javier Sicilia, 8 de mayo de 2011

Gracias a Eduardo Mosches por el envío.

Domingo, 08 de mayo de 2011
Javier Sicilia
Hemos llegado a pie, como lo hicieron los antiguos mexicanos, hasta este sitio en donde ellos por vez primera contemplaron el lago, el águila, la serpiente, el nopal y la piedra, ese emblema que fundó a la nación y que ha acompañado a los pueblos de México a lo largo de los siglos. Hemos llegado hasta esta esquina donde alguna vez habitó Tenochtitlan -a esta esquina donde el Estado y la Iglesia se asientan sobre los basamentos de un pasado rico en enseñanzas y donde los caminos se encuentran y se bifurcan-; hemos llegado aquí para volver a hacer visibles las raíces de nuestra nación, para que su desnudez, que acompañan la desnudez de la palabra, que es el silencio, y la dolorosa desnudez de nuestros muertos, nos ayuden a alumbrar el camino.
Si hemos caminado y hemos llegado así, en silencio, es porque nuestro dolor es tan grande y tan profundo, y el horror del que proviene tan inmenso, que ya no tienen palabras con qué decirse. Es también porque a través de ese silencio nos decimos, y les decimos a quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de este país, que no queremos un muerto más a causa de esta confusión creciente que sólo busca asfixiarnos, como asfixiaron el aliento y la vida de mi hijo Juan Francisco, de Luis Antonio, de Julio César, de Gabo, de María del Socorro, del comandante Jaime y de tantos miles de hombres, mujeres, niños y ancianos asesinados con un desprecio y una vileza que pertenecen a mundos que no son ni serán nunca los nuestros; estamos aquí para decirnos y decirles que este dolor del alma en los cuerpos no lo convertiremos en odio ni en más violencia, sino en una palanca que nos ayude a restaurar el amor, la paz, la justicia, la dignidad y la balbuciente democracia que estamos perdiendo; para decirnos y decirles que aún creemos que es posible que la nación vuelva a renacer y a salir de sus ruinas, para mostrarles a los señores de la muerte que estamos de pie y que no cejaremos de defender la vida de todos los hijos y las hijas de este país, que aún creemos que es posible rescatar y reconstruir el tejido social de nuestros pueblos, barrios y ciudades.
Si no hacemos esto solamente podremos heredar a nuestros muchachos, a nuestras muchachas y a nuestros niños una casa llena de desamparo, de temor, de indolencia, de cinismo, de brutalidad y engaño, donde reinan los señores de la muerte, de la ambición, del poder desmedido y de la complacencia y la complicidad con el crimen.
Todos los días escuchamos historias terribles que nos hieren y nos hacen preguntarnos: ¿Cuándo y en dónde perdimos nuestra dignidad? Los claroscuros se entremezclan a lo largo del tiempo para advertirnos que esta casa donde habita el horror no es la de nuestros padres, pero sí lo es; no es el México de nuestros maestros, pero sí lo es; no es el de aquellos que ofrecieron lo mejor de sus vidas para construir un país más justo y democrático, pero sí lo es; esta casa donde habita el horror no es el México de Salvador Nava, de Heberto Castillo, de Manuel Clouthier, de los hombres y mujeres de las montañas del sur -de esos pueblos mayas que engarzan su palabra a la nación- y de tantos otros que nos han recordado la dignidad, pero sí lo es; no es el de los hombres y mujeres que cada amanecer se levantan para ir a trabajar y con honestidad sostenerse y sostener a sus familias, pero sí lo es; no es el de los poetas, de los músicos, de los pintores, de los bailarines, de todos los artistas que nos revelan el corazón del ser humano y nos conmueven y nos unen, pero sí lo es. Nuestro México, nuestra casa, está rodeada de grandezas, pero también de grietas y de abismos que al expandirse por descuido, complacencia y complicidad nos han conducido a esta espantosa desolación.
Son esas grietas, esas heridas abiertas, y no las grandezas de nuestra casa, las que también nos han obligado a caminar hasta aquí, entrelazando nuestro silencio con nuestros dolores, para decirles directamente a la cara que tienen que aprender a mirar y a escuchar, que deben nombrar a todos nuestros muertos -a esos que la maldad del crimen ha asesinado de tres maneras: privándolos de la vida, criminalizándolos y enterrándolos en las fosas comunes de un silencio ominoso que no es el nuestro-; para decirles que con nuestra presencia estamos nombrando esta infame realidad que ustedes, la clase política, los llamados poderes fácticos y sus siniestros monopolios, las jerarquías de los poderes económicos y religiosos, los gobiernos y las fuerzas policiacas han negado y quieren continuar negando. Una realidad que los criminales, en su demencia, buscan imponernos aliados con las omisiones de los que detentan alguna forma de poder.
Queremos afirmar aquí que no aceptaremos más una elección si antes los partidos políticos no limpian sus filas de esos que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen y tienen al Estado maniatado y cooptado al usar los instrumentos de éste para erosionar las mismas esperanzas de cambio de los ciudadanos. O ¿dónde estaban los partidos, los alcaldes, los gobernadores, las autoridades federales, el ejército, la armada, las Iglesias, los congresos, los empresarios; dónde estábamos todos cuando los caminos y carreteras que llevan a Tamaulipas se convirtieron en trampas mortales para hombres y mujeres indefensos, para nuestros hermanos migrantes de Centroamérica? ¿Por qué nuestras autoridades y los partidos han aceptado que en Morelos y en muchos estados de la República gobernadores señalados públicamente como cómplices del crimen organizado permanezcan impunes y continúen en las filas de los partidos y a veces en puestos de gobierno? ¿Por qué se permitió que diputados del Congreso de la Unión se organizaran para ocultar a un prófugo de la justicia, acusado de tener vínculos con el crimen organizado y lo introdujeron al recinto que debería ser el más honorable de la patria porque en él reside la representación plural del pueblo y terminaran dándole fuero y después aceptando su realidad criminal en dos vergonzosos sainetes? ¿Por qué se permitió al presidente de la República y por qué decidió éste lanzar al ejército a las calles en una guerra absurda que nos ha costado 40 mil víctimas y millones de mexicanos abandonados al miedo y a la incertidumbre? ¿Por qué se trató de hacer pasar, a espaldas de la ciudadanía, una ley de seguridad que exige hoy, más que nunca una amplia reflexión, discusión y consenso ciudadano? La Ley de Seguridad Nacional no puede reducirse a un asunto militar. Asumida así es y será siempre un absurdo. La ciudadanía no tiene por qué seguir pagando el costo de la inercia e inoperancia del Congreso y sus tiempos convertido en chantaje administrativo y banal cálculo político. ¿Por qué los partidos enajenan su visión, impiden la reforma política y bloquean los instrumentos legales que permitan a la ciudadanía una representación digna y eficiente que controle todo tipo de abusos? ¿Por qué en ella no se ha incluido la revocación del mandato ni el plebiscito?
Estos casos -hay cientos de la misma o de mayor gravedad- ponen en evidencia que los partidos políticos, el PAN, el PRI, el PRD, el PT, Convergencia, Nueva Alianza, el Panal, el Verde, se han convertido en una partidocracia de cuyas filas emanan los dirigentes de la nación. En todos ellos hay vínculos con el crimen y sus mafias a lo largo y ancho de la nación. Sin una limpieza honorable de sus filas y un compromiso total con la ética política, los ciudadanos tendremos que preguntarnos en las próximas elecciones ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar? ¿No se dan cuenta de que con ello están horadando y humillando lo más sagrado de nuestras instituciones republicanas, que están destruyendo la voluntad popular que mal que bien los llevó a donde hoy se encuentran?
Los partidos políticos debilitan nuestras instituciones republicanas, las vuelven vulnerables ante el crimen organizado y sumisas ante los grandes monopolios; hacen de la impunidad un modus vivendi y convierten a la ciudadanía en rehén de la violencia imperante.
Ante el avance del hampa vinculada con el narcotráfico, el Poder Ejecutivo asume, junto con la mayoría de la mal llamada clase política, que hay sólo dos formas de enfrentar esa amenaza: administrándola ilegalmente como solía hacerse y se hace en muchos lugares o haciéndole la guerra con el ejército en las calles como sucede hoy. Se ignora que la droga es un fenómeno histórico que, descontextualizado del mundo religioso al que servía, y sometido ahora al mercado y sus consumos, debió y debe ser tratado como un problema de sociología urbana y de salud pública, y no como un asunto criminal que debe enfrentarse con la violencia. Con ello se suma más sufrimiento a una sociedad donde se exalta el éxito, el dinero y el poder como premisas absolutas que deben conquistarse por cualquier medio y a cualquier precio.
Este clima ha sido tierra fértil para el crimen que se ha convertido en cobros de piso, secuestros, robos, tráfico de personas y en complejas empresas para delinquir y apropiarse del absurdo modelo económico de tener siempre más a costa de todos.
A esto, ya de por sí terrible, se agrega la política norteamericana. Su mercado millonario del consumo de la droga, sus bancos y empresas que lavan dinero, con la complicidad de los nuestros, y su industria armamentista -más letal, por contundente y expansiva, que las drogas-, cuyas armas llegan a nuestras tierras, no sólo fortalecen el crecimiento de los grupos criminales, sino que también los proveen de una capacidad inmensa de muerte. Los Estados Unidos han diseñado una política de seguridad cuya lógica responde fundamentalmente a sus intereses globales donde México ha quedado atrapado.
¿Como reestructurar esta realidad que nos ha puesto en un estado de emergencia nacional? Es un desafío más que complejo. Pero México no puede seguir simplificándolo y menos permitir que esto ahonde más sus divisiones internas y nos fracture hasta hacer casi inaudibles el latido de nuestros corazones que es el latido de la nación. Por eso les decimos que es urgente que los ciudadanos, los gobiernos de los tres órdenes, los partidos políticos, los campesinos, los obreros, los indios, los académicos, los intelectuales, los artistas, las Iglesias, los empresarios, las organizaciones civiles, hagamos un pacto, es decir, un compromiso fundamental de paz con justicia y dignidad, que le permita a la nación rehacer su suelo, un pacto en el que reconozcamos y asumamos nuestras diversas responsabilidades, un pacto que le permita a nuestros muchachos, a nuestras muchachas y a nuestros niños recuperar su presente y su futuro, para que dejen de ser las víctimas de esta guerra o el ejército de reserva de la delincuencia.
Por ello, es necesario que todos los gobernantes y las fuerzas políticas de este país se den cuenta que están perdiendo la representación de la nación que emana del pueblo, es decir, de los ciudadanos como los que hoy estamos reunidos en el zócalo de la Ciudad de México y en otras ciudades del país.
Si no lo hacen, y se empeñan en su ceguera, no sólo las instituciones quedarán vacías de sentido y de dignidad, sino que las elecciones de 2012 serán las de la ignominia, una ignominia que hará más profundas las fosas en donde, como en Tamaulipas y Durango, están enterrando la vida del país.
Estamos, pues, ante una encrucijada sin salidas fáciles, porque el suelo en el que una nación florece y el tejido en el que su alma se expresa están deshechos. Por ello, el pacto al que convocamos después de recoger muchas propuestas de la sociedad civil, y que en unos momentos leerá Olga Reyes, que ha sufrido el asesinato de 6 familiares, es un pacto que contiene seis puntos fundamentales que permitirán a la sociedad civil hacer un seguimiento puntual de su cumplimiento y, en el caso de traicionarse, penalizar a quienes sean responsables de esas traiciones; un pacto que se firmará en el Centro de Ciudad Juárez -el rostro más visible de la destrucción nacional- de cara a los nombres de nuestros muertos y lleno de un profundo sentido de lo que una paz digna significa.
Antes de darlo a conocer, hagamos un silencio más de 5 minutos en memoria de nuestros muertos, de la sociedad cercada por la delincuencia y un Estado omiso, y como una señal de la unidad y de la dignidad de nuestros corazones que llama a todos a refundar la Nación. Hagámoslo así porque el silencio es el lugar en donde se recoge y brota la palabra verdadera, es la hondura profunda del sentido, es lo que nos hermana en medio de nuestros dolores, es esa tierra interior y común que nadie tiene en propiedad y de la que, si sabemos escuchar, puede nacer la palabra que nos permita decir otra vez con dignidad y una paz justa el nombre de nuestra casa: México.
Redacción Milenio.com

Contra el "Bluewashing": llamado de Jewish Voice for Peace

We are writing to tell you about a new word, "bluewashing."

bluewash. (verb): the use of Jewish culture, religion, and heritage to try to cover up human rights abuses of Palestinians, while endangering the lives of Jews in Israel and around the world.

To those of us who are GLBTQ, this is nothing new -- Israel has been using sexuality in its propaganda to hide the occupation, in what we call "pinkwashing." It's time to see through the hype and speak out against "bluewashing" as Jews.

One of the worst offenders in bluewashing is AIPAC, the American Israel Public Affairs Committee. AIPAC purports to be the "pro-Israel lobby," but is in fact a powerful lobby for weapons manufacturers. AIPAC wields political power through cloaking itself in Jewishness, giving many, including our Congresspeople, the incorrect impression that it speaks for all Jewish Americans.

As young Jewish Americans we are stating publicly that this is not true: AIPAC does not speak for us. We hope you will join us in bringing this message to AIPAC as part of the upcoming Move Over AIPAC gathering May 21-24 in Washington, DC. In addition to AIPAC’s die-hard supporters, AIPAC's conference going on at the same time will include more than 1,000 college students representing over 300 campuses from all 50 states. Young, Jewish, and Proud will be part of a coalition of poets, artists, well-known activists and authors, and over 100 peace and justice groups in DC to make sure AIPAC can't "bluewash" these students.

In Egypt, in Tunisia, in "Arab Spring" revolutions the righteous and understandable demand was "Leave!" Ours is to "move over!" We are gathering to shout: Move over AIPAC and recognize our diverse Jewish communities and identities for what they are! We are Young, Jewish, and Proud and we won't let AIPAC "bluewash" furthering the Israeli Occupation and denying human rights to Palestinians.
To show this visually, we ask you-- young, proud Jews-- to join us in sharing what makes you YJP and why AIPAC doesn't represent you. Take your picture wearing blue and fill out the simple sentences: "I'm Young, Jewish, and Proud because...[say why] and AIPAC doesn't represent me." Whether you can join us in DC or not, we will bring your images and your words to AIPAC, for their conference in Washington, DC. For those of you who do not identify as young (up to age 36), proud Jews: we will have an action coming soon for you to show your support. Please pass this email on to any young, proud Jews you know.


Whether virtually, through your online submissions of words and images
, or physically in DC—we look forward to standing with you in demanding that AIPAC move over and make room for a new Middle East policy.

Sincerely,



Carolyn Klaasen & Mark Gunnery
Young, Jewish, and Proud