domingo, 16 de mayo de 2010

Niño bomba - por Pedro Serrano

Este poema de Pedro Serrano se publicó en el Nro. 114 de la revista Blanco Móvil (primavera 2010), que cumple 25 años.

Pedro Serrano – Niño bomba [1]

El niño se lleva la mano al diente,
duda.
Las bombas
no le han explotado.
Todo su cuerpo
se sacude
y no sabe
si se tiene que quitar
el calzoncillo.
No puede enseñar
su diminuta e inerme
creencia en sí.
No se sabe ante las cámaras,
tampoco lo piensa.
¿Qué
puede pensar el niño?
Volver
a ser un cuerpo mondo,
un temblor,
un gesto mínimo
que la cámara aprieta
como un aceite de paz.
Todos somos
esa gana de vida.
Oración
en un vacío
alrededor del mal.
Un gesto que es de todos,
el pudor infantil,
el cuerpo desnudo
que quiere conservarse
y crecer.
Así,
esa visión del niño
como un aceite lento
nos abarca.
Hay que correr
a protegerlo,
sacarlo de esa escena,
paralizado de horror.
Lo que no pasó.
Ahora el niño
y sus vigilantes
y nosotros
somos ese aceite,
ese calor oleaginoso
y obligatorio.

[1] Este poema lo escribí hace unos años, al ver en la televisión la noticia de un niño palestino en la frontera con Israel. En el último momento el niño se arrepintió, y en lugar de hacerse estallar con las bombas que le envolvían el cuerpo, se entregó. Esa era la noticia. Lo que se veía era mucho más. Muchas vidas, entre ellas la suya, por ese gesto a la vez airoso y heroico, se salvaron. Lo publico en estos momentos en que está pasando tanta muerte, mucha de ella infantil e innecesaria.

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