jueves, 18 de febrero de 2010

Textos leídos en la velada Cantos para niños muertos (Kindertotenlieder) 3

La niña/ El grito
Mahmud Darwish
En la playa hay una niña, la niña tiene familia
Y la familia una casa.
La casa tiene dos ventanas y una puerta...
En el mar, un acorazado se divierte cazando a los que caminan
Por la playa: cuatro, cinco, siete
Caen sobre la arena.
La niña se salva por poco,
Gracias a una mano de niebla,
Una mano no divina que la ayuda.
Grita: ¡Padre!¡Padre!
Levántate, regresemos: el mar no es como nosotros.
El padre, amortajado sobre su sombra, a merced de lo invisible,
No responde.Sangre en las palmeras, sangre en las nubes.
La lleva en volandas la voz más alta y más lejana deLa playa.
Grita en la noche desierta.
No hay eco en el eco.
Convierte el grito eterno en noticia
Rápida que deja de ser noticia cuando
Los aviones regresan para bombardear una casa
Con dos ventanas y una puerta.

A MI MADRE
Añoro el pan de mi madre,
El café de mi madre,
Las caricias de mi madre...
Día a día,
La infancia crece en mí
Y deseo vivir porque
Si muero, sentiré
Vergüenza de las lágrimas de mi madre.
Si algún día regreso, tórname en
Adorno de tus pestañas,
Cubre mis huesos con hierba
Purificada con el agua bendita de tus tobillos
Y átame con un mechón de tu cabello
O con un hilo del borde de tu vestido...
Tal vez me convierta en un dios,
Sí, en un dios,
Si logro tocar el fondo de tu corazón.
Si regreso.
Tórname en
Leña de tu fuego encendido
O en cuerda de tender en la azotea de tu casa
Porque no puedo sostenerme
Sin tu oración cotidiana.
He envejecido.
Devuélveme las estrellas de la infancia
Para que pueda emprender
Con los pájaros pequeños
El camino de regreso
Al nido donde tú aguardas.

Traducidos del árabe por: MARÍA LUISA PRIETO

TIEMPO
Alejandra Pizarnik


Yo no sé de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.

Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.

EL MIEDO
Eva Pickova ( 12 años, gueto Terezin)

Otra vez el miedo se arrincona en el gueto,
la enfermedad terrible desata el espanto.
La muerte que blande su guadaña helada
captura a las víctimas. Bruja horrenda.

Hoy el corazón de los padres retumba espantado
y las madres esconden la cara entre las manos
La serpiente del tifus estrangula a los niños
cobrando su impuesto fatal.

Aunque mi corazón palpita muy fuerte
mis compañeros van al otro mundo
y uno no puede saber si es mejor
ver esto o morir de inmediato.

¡No! ¡ Nosotrros, por Dios, queremos vivir!
Nodebemos dejar reducir nuestras filas
poeque al mundo, que es nuestro, volveremos nejor.
Queremos hacer muchas cosas. No debemos morir.

Dalia Rabicovich
Stones


Stones, son piedras
¿Por qué has dicho stones?
¿Por qué lanzaste stones?
¿Por qué estas parado aquí , niño?
¿Qué te sucede que lanzaste stones a los soldados?
¿Por qué no temes?
¿Por qué no estás preocupado, temeroso de tu futuro?
¿ Por qué has dicho stones?
¿Por qué stones, es todo lo que tienes en la cabeza
y también en tus manos?
¿Cómo es que eres tan ligero al correr
y qué quieres decir con esto de stones?
Ahora dijimos stones.
Niño de 7 años, diez, nueve ,
Todos arrojan stones.
Suben en línea recta entre las callejuelas,
Con las manos llenas
Con el cuerpo alegre y ligero,
Todo lo que tienen en la cabeza es stones
una gran alegría
a lo mejor tendrán tiempo de huir
y desaparecerán cual langostas al interior de intersticios secretos.
Y eso , Alá Akbar, sucedió.
Día de stones.
Entre detención y detención
Quizá también los golpes de las porras.
Quizá una cabeza herida,
una mano rota .
Todo es posible para ellos.
Stones, stones, stones, stones.
Niños, niños, niños, niños.
Regresen a casa niños
¿ Cómo podrán vivir sin descanso?

Versión: Eduardo Mosches

Mahmud Darwish. “Cadáveres anónimos” – Trad. María Luisa Prieto
Cadáveres anónimos.
Ningún olvido los reúne,
Ningún recuerdo los separa…
Olvidados en la hierba invernal
Sobre la vía pública.
Entre dos largos relatos de bravura
Y sufrimiento.
“¡Yo soy la víctima!” “¡No. Yo soy
la única víctima!”. Ellos no replicaron:
“Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
Y una víctima”. Eran niños,
Recogían la nieve de los cipreses de Cristo
Y jugaban con los ángeles porque tenían
La misma edad... huían de la escuela
Para escapar de las matemáticas
Y la antigua poesía heroica. En las barreras,
Jugaban con los soldados
Al juego inocente de la muerte.
No les decían: dejad los fusiles
Y abrid las rutas para que la mariposa encuentre
A su madre cerca de la mañana,
Para que volemos con la mariposa
Fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos
Para nuestras puertas. Eran niños,
Jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja
Bajo la nieve, detrás de dos largos relatos
De bravura y sufrimiento.
Luego escapaban con los ángeles pequeños
Hacia un cielo límpido.

Los tiempos mezquinos
Eduardo Mosches


XIII

Las almohadas envueltas en tomillo
se acurrucan asustadas detrás de las orejas
miran desoladas nucas
compañías de toda esta vida
se inflan con el dormir
que invade anocheceres
cortados por la sandía de la luna.
Las semillas negras
explotan en los cuerpos
la carne dulzona almibarada
se retuerce en estos sueños
que ansían dejar de ser pesadillas.
Los niños atados a su pulgar húmedo
sin refugio
ahogados braceando
en esta realidad sin fantasía
fatigados
respiran el olor de la guerra
el odio expande su humareda
incienso de años
se observa desde la distancia
de sus propios precipicios.

¿No traerán los nuevos sarmientos
esperanza en el vino?


LAS PALABRAS

Se estremece dentro el corazón
me asaltan pavores de muerte
miedo y temblor me invaden
un escalofrió atenaza
ciertamente
ellos encontraron a sus padres
extraviados.



Hasta el pajarillo ha encontrado casa.
Desdichado y agónico
estoy desde mi infancia
he soportado tus terrores
y ya no puedo más
me envuelven como el agua
todo el día.


Pedro Miguel - Nanas para Selam
Con paso dificultoso y vacilante, apoyada en unos fémures un poco gelatinosos y medio curvos, Selam bajó a la hondonada para buscar unos gusanos, o algo así. Un golpe de agua súbito acabó con su vida corta y apagó los rudimentos de conciencia que hubiesen podido asentarse en los 300 centímetros cúbicos de su masa cerebral. Murió, todavía lactante, cerca del antiguo río Awash, en el actual territorio etíope. Su cuerpo quedó protegido bajo una capa de guijarros y arena.
Hay indicios para pensar que en sus tiempos el lenguaje no era viable por razones anatómicas, pero será la propia Selam la que, hablante o no, despejará la duda, pues en su viaje al futuro trajo un pequeño fragmento óseo de la garganta llamado hioides, cuya morfología es determinante para posibilitar o impedir el lenguaje articulado. Si resulta cierto que en su época nada tenía nombre, nadie se llamaba de alguna forma, y ella, tampoco; entonces sí que ha demorado su bautizo, oficiado por el arqueólogo etíope Alemseged Zeresenay, quien la nombró Selam, que quiere decir "paz".
Este pequeño bicho no fue a la primaria, porque no estaba en edad para esas cosas; tampoco a prescolar ni a la guardería, porque hace 3.3 millones de años el mundo no estaba en edad para esas cosas. Pero aparece y pone de cabeza a antropólogos y paleontólogos, derrumba teorías y da pie a nuevas hipótesis, obliga a recorrer en unos cientos de miles de años -una bicoca- la aparición oficial de la especie humana y pone a los especialistas a rectificar sus nociones del australopithecus afarensis.
Con sus Nanas de la cebolla, Miguel Hernández me dio la clave para lo que sigue.

Duerme, niña peluda,
cierra los párpados
mientras tus semejantes
se hacen humanos.
Duerme sin prisas:
en tres millones de años
será de día.

Duerme, que mientras duermes
se enciende el fuego
(la bomba de neutrones
ya vendrá luego).
Sueña que subes,
por los brazos del árbol,
hasta las nubes.

Duerme, mientras se inventanlos caramelos,
las canciones de cuna,
el Diablo, el Cielo.
Pie de los siglos,rueda de los milenios:
no le hagan ruido.

Buscando unos insectos
la niña estaba,
sin ver que a sus espaldas
venía el agua.
Qué terror sordo
hubo de haber sentido
con el ahogo.

De lodo es la frazada
que hay en su cuna
y será, cuando salga,
de roca dura.
Tibio es el lodo
y mullida, la arena
que hay en el fondo.

Esta cuna que es tumba
la tiene a salvo
de la guerra, del hambre,
de los humanos;
de ser violada,
de ser carne de cambio,
de ser esclava.

Duérmete, niña fea,
cara de chango,
que el futuro remoto
te está esperando.
Duerme tranquila:
si despiertas, te matan,
te discriminan.

Duérmete mona linda,
menuda y frágil.
La existencia es muy dura,
la tumba es fácil.
Sueña que sueñas
bajo el manto amoroso
de tu planeta.

Ancestra pequeñita:
¿Ves en tu sueño
los paisajes boscosos
de tus abuelos?
Diles, mi vida,
que bajaste del árbol,
que ya caminas.

Duerme, niña peluda,
cierra los párpados
mientras tus semejantes
se hacen humanos.
Duerme tranquila:
en tres millones de años
será de día.


Te quiero, muertita del tiempo.

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