viernes, 20 de febrero de 2009

Z32 de Avi Mograbi se estrena en México

“No hay un solo ciudadano israelí que no esté relacionado con algún crimen de guerra. Sea porque lo cometió él mismo, siendo soldado, o porque tiene alguien cercano que lo cometió o, en el menor de los casos, porque guardó silencio frente a algún crimen. Finalmente, la ocupación misma es un crimen de guerra, e Israel es un país ocupante.” Avi Mograbi (Página 12)


"Soy pacifista, pero no creo que, tal como están las cosas, haya perspectivas de resolución pacífica.” (Página 12)

Mogravi posa su cámara sobre el rostro de un exsoldado israelí que participó en una operación de venganza donde murieron asesinados varios policías palestinos. El anonimato del entrevistado, oculto mediante efectos digitales, permite al realizador gozar de una libertad excepcional para llevar a cabo el registro de su confesión. Z32 es un expediente de Breaking the Silence, asociación dedicada a recoger testimonios de militares israelíes en territorios ocupados, donde cada caso se archiva con una letra y un número (página oficial del FICCO 2009).
Exhibiéndose en:
Casa de Arte: Feb 22 a las 12:00 hs.
WTC: Feb 24 a las 21:00 hs.
Ver: http://www.ficco.com.mx/index.php/ficco/programacion/2/64

Entrevista con Avi Mograbi en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-11756-2008-10-25.html.

4 comentarios:

  1. Recomiendo enfáticamente este documental. Lo dan este martes 24/2 a las 21:00 hrs. en los cines del World Trade Center.

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  2. En los comentarios del post sobre Vals con Bashir incluí un fragmento del libro de Lev Gringerg (en inglés) que habla de ambas películas.

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  3. Me gustó mucho este documental, me había gustado Vals con Bachir pero me parece que éste lo denuncia, como un proyecto más pretenciosos con ideas sobre la memoria y los traumas que soslayan la responsabilidad. Mograbi no tiene reparos, es cantautor de la tragedia.

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  4. Me gustaron muchísimo las dos películas. No las compararía, aunque comparten un nuevo gesto de memoria en Israel, tan necesario, son muy diferentes entre sí. En las dos décadas que median entre ambos momentos recordados tuvieron lugar las Intifadas y el ejército se dedicó cada vez más a lo que Z32 confiesa, pasaron muchas cosas. Me parece que el cine promete un ejercicio de memoria que se sabe frágil y por eso mismo puede traer a escena el recuerdo turbio del horror y del miedo de manera más cabal que cualquier otro discurso. Ambas películas ponen al descubierto hasta qué punto puede minarse moralmente una una sociedad militarista, la responsabilidad que de esto tienen los educadores, las expectativas de los padres. En Z32 la adaptación que hace Mograbi de la canción infantil de J. N. Bialik sobre el caballito a los soldados es genial... y brutal. El pobre Bialik (autor de poemas que a principios del S XX denunciaban las matanzas en el pogrom de Kishenev) se revuelca en la tumba porque Tzahal para esta matanza le robó otro verso suyo de una canción de januca (festividad que coincidía con los ataques sobre Gaza) que cuenta que el maestro le trajo al niño un trompo de "plomo fundido"...
    Me gustaría ver varias veces cada una de estas películas, y espero otras muchas que vayan en esta misma dirección, que a tientas busquen empezar a tejer hebras morales con el otro. Son muy dolorosas, y celebro que la lengua hebrea deje resonar otra vez la vulnerabilidad que parecía estar estrangulada en las siglas del lenguaje militar.

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